Por terminología, la fractura es la pérdida de la continuidad de un hueso. Usualmente se presentan por traumatismos, como caídas, golpes directos, o mecanismos combinados. También se pueden presentar por desgaste progresivo, las cuales se denominan fracturas por estrés.
El común denominador en la presencia de fracturas, es el dolor, acompañado de una pérdida de la función en la extremidad, que discurre desde leve hasta completa, y con una deformidad asociada, sea evidente o sútil.
La fractura representa la base del tratamiento de la especialidad de la Traumatología, la cuál es una rama de la ortopedia dedicada a estudiar, diagnosticar, tratar y dar seguimiento a las lesiones del sistema músculo-esquelético.
Para todas las fracturas, existen un sinnúmero de opciones distintas, y escoger el mejor tratamiento individualizado para cada paciente, se vuelve un arte. Hay que tomar en cuenta las expectativas del paciente, su funcionalidad actual, su nivel de incapacidad, la calidad de su sistema óseo, así como otras enfermedades o factores de riesgo que puedan influir en el resultado final.
El tratamiento quirúrgico de las fracturas, medianto la aplicación de un implante ortopédico, se denomina osteosíntesis. Gracias a ella, se ha logrado aplicar la ciencia de la biomecánica a la fisiología osteomuscular, lo cual nos provee de implantes de última generación, encaminados a mejorar la consolidación de las fracturas, y la supervivencia del implante seleccionado.
Las fracturas representan una porción considerable de todas las atenciones brindadas en urgencias, así que su tratamiento debe de tratar de ser lo más expedito posible, para ofrecer los mejores resultados.
Dr. David Horacio Garmendia. Agosto 2021.